Bailar donde nacen los sueños

Hay experiencias que dejan huella.
Viajar a Londres para tomar una clase de ballet en la Royal Opera House fue una de esas vivencias que te cambian la forma de ver la danza… y la vida.

Hace unos meses, Ángela, Cristina y yo tuvimos la oportunidad de vivir algo que pocas veces se repite: una masterclass en la misma sala donde ensayan artistas legendarios como Marianela Núñez, Natalia Osipova o Steven McRae.

Un espacio donde cada paso tiene historia y cada nota parece vibrar con siglos de arte.

Desde el primer plié supimos que no estábamos simplemente bailando: estábamos viviendo un ritual de belleza y presencia.

 El ballet como experiencia transformadora

Hemos aprendido que el ballet no tiene edad ni etiquetas.
Cada adulto que vuelve a bailar lo hace desde un lugar de libertad, de respeto por su cuerpo y de búsqueda interior.

Esa clase en Londres nos recordó que el movimiento puede ser una forma de meditación, un camino de bienestar y una manera de volver a sentirnos vivos.

Entre risas, emociones y conversaciones en pequeñas cafeterías del Covent Garden, nació una idea: crear un espacio donde el arte del ballet se viva con la misma intensidad y elegancia, pero más cerca, más accesible, más nuestro.

Así nació ETÉREA

ETÉREA es un proyecto cultural que celebra el ballet para adultos desde una mirada contemporánea y emocional.

No es solo una masterclass: es una experiencia sensorial, artística y humana.

Un punto de encuentro para quienes aman el movimiento, la belleza y la conexión con uno mismo a través de la danza.

Un espacio donde el ballet deja de ser solo técnica para convertirse en una forma de bienestar y de vida.

Hoy damos el primer paso compartiendo esta historia que nos inspira a seguir creando.
Y muy pronto —más pronto de lo que imaginas— revelaremos la primera gran experiencia ETÉREA, un homenaje a la elegancia, la disciplina y la emoción que hacen del ballet un arte eterno.

✨ Síguenos en @etereaballet
y sé parte del movimiento que está devolviendo al ballet su lugar en la vida adulta.
Porque lo mejor… apenas comienza.